Sierra del Alba
Esta ruta atraviesa longitudinalmente una buena parte de las sierras de Alba y Montes Claros dentro del espacio natural ZEC Oncala-Valtajeros. Su hilo conductor son los castros: primeros asentamientos estables de la Cultura Celtibérica con carácter de fortificación y de visibilidad ante posibles intrusos. A lo largo del recorrido podemos comprobar como estos enclaves, además de constituir un núcleo defensivo, representaban un elemento de atracción visual en el paisaje a modo de hito de territorialidad.
En los extensos pastizales de la zona, queda plasmado el recuerdo de grandes rebaños de ovejas durante la época de la Mesta (siglos XVI-XVIII) y todavía se respira un ambiente ancestral bajo el constante viento que azota estas sierras. Tal escenario paisajístico nos recuerda a la mítica y vieja Irlanda: sucesión de montes alomados de perfiles suaves tapizados de extensos y densos pastizales salpicados de pequeños arbustos almoahadillado de biércol, genistas, astragalos o piornos, adaptados al fuerte viento que impera en la sierra. Estos extensos y luminosos espacios abiertos, en ocasiones quedan interrumpidos por misteriosos y umbríos «templos vivientes» constituidos por longevas masas de robles, hayas o acebos. Desde los altos, entre los pliegues de las lomas, resaltan los tejados rojizos de los caseríos de los pequeños pueblos ubicados a ambas vertientes de la sierra.
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